A veces extraño el amor.
A veces extraño el viento.
La vida se vuelve arena
cuando domesticas tu promesa.
A veces tengo miedo,
a volver a perder mi corazón.
A veces tiembla en mi oido
la muerte y tu nombre en la misma canción.
Una misión de vino y noche
se fundieron con la conversación nauseabunda
de las personas que sin cuidar del otro en sus manos
derraman la sangre de los desvelos ajenos.
A veces siento tristeza.
Que se funde en los suaves tragos
de cebada que se incendian con mi mente,
para dar descanso un segundo, a esta vieja máquina.
A veces corro libre.
Siempre y cuando mi ánimo
permita imaginar en mis dias
dicha fantasía matutina.
A veces extraño,
algo que jamás tuve.
Lo descubro y lo admiro
como algo tan lejano como mi voz.
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